Aferrada al silencio
se ha perdido mi voz,
adormecida su alma,
muere algún soñador.
Asfixiada en la angustia,
la rutina, el temor
al mirarme por dentro
ya no sé ni quién soy.
Reflejada en tus ojos,
espejismo de amor,
decidida a creerte
te entregué el corazón.
Tus palabras vacías
me brindaban calor,
aunque a veces mentías,
aplacaste el dolor.
Al mirarte a escondidas
intuía que soy
para ti una amiga,
un deseo,…pasión.
No sé cómo olvidarte,
confundida en tu piel
se ha secado una lágrima;
y no sé si te amé.
10.08.00
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