Comenzar el nuevo año con pié derecho se ha ido convirtiendo en un intrincado acorde de tradiciones, rituales, propósitos, resoluciones, hechizos, limpias y quien sabe que más creativos recursos nos inventamos para ahorrarnos el esfuerzo de hacer de esta renovación un renacimiento.
Todo lo posible e imaginable está a nuestra disposición con un solo clic del mouse para ofrecernos información detallada o económica de las diferentes ofertas que encontramos a nivel global; por un poco menos de trescientos dólares puedes acceder a un ritual de cuatro días para garantizar que el próximo año llegue colmado de prosperidad y bienestar. Como esta aparecen innumerables alternativas esotéricas, místicas, holísticas y exóticas a las que recurríamos sin darnos cuenta de que si bien la energía existe y puede ser manipulada, el poder no está en los amuletos, las velas, los baños, el incienso, los mantras ni en ningún otro lado que en la palabra decretada por nuestra propia mente.
Por ejemplo en Japón el Oshogatsu (año nuevo) comienza el 31 de Diciembre a medianoche cuando los templos budistas golpean su Gong 108 veces en un esfuerzo por expulsar las 108 debilidades humanas. El año nuevo es un tiempo de reflexión, crecimiento y meditación en el cual deberíamos concentrarnos en limpiar nuestros espacios físicos y mentales para poder dejar atrás los problemas y preocupaciones del año que termina perdonando malos entendidos y enmendando ofensas como lo propone la tradición japonesa del Bonenkai (fiesta-de-olvidar-el-año). Algo parecido se hace en Holanda donde queman los árboles de navidad como símbolo de dejar ir lo viejo y recibir al futuro.
Las resoluciones de año nuevo no deberían ser una excusa para deprimirme en marzo, sino una verdadera revolución interna, para que nuestra vida realmente cambie debemos tomar la decisión de modificar nuestros hábitos, trastocar nuestras costumbres, replantear nuestros objetivos y poner en duda nuestras certezas. No sirve de nada ponernos a dieta un par de días para luego tirar la toalla al primer inconveniente, es algo así como recalentar toda la materia estudiada en el curso para pasar el año en septiembre y luego volver a clases con la seguridad de que puedes pasarte la vida de agache sin que exista ninguna consecuencia real de nuestras incoherencias.
Les propongo dejar hacer un arte del amargarnos la vida y comenzar a tomar acciones concretas en función de encontrar nuestros propios sentidos y tomar el control de nuestras vidas.
1. Sigue tu dicha (Joseph Campbell): Cierra los ojos y recuerda la última vez que fuiste dichoso, no solamente feliz sino completamente dichoso y sabrás hacia dónde dirigirte. ¡Es tu vida! Y no tienes porque amargártela, escoge personas, situaciones y elementos que aporten a ese sentido de bien-estar y procura apartar de ti las situaciones que te hacen sentir miserable, insuficiente, incapaz o impotente. Este es tu mundo y puedes cerrar la puerta a todas las cosas que te hacen daño.
2. Ponte metas económicas: Haz un plan económico que especifique cuanto vas a producir en función de cuanto quieres gastar. Potencia tus capacidades y busca opciones para aumentar tus ingresos, controla tus gastos y diseña un presupuesto que incluya un fondo de ahorro y otro de diversión, tu esfuerzo es importante y no puedes malgastar el fruto de tu trabajo en adquisiciones impulsivas o superfluas. Si revisas tus gastos todos los días vas a poder mejorar tu cash-flow y podrás darte esos pequeños lujos que todos nos merecemos por habernos sacado la mugre todos los días.
3. Pasa tiempo con tu familia: Todas las esferas de tu vida son importantes y el trabajo no lo es todo. Date tiempo para compartir con las personas que amas y que son el alma de tu vida.
4. Haz lo que te gusta: Fíjate pequeñas metas que puedas cumplir cada día, así podrás sentir que tu autoestima crece de manera permanente, recuerda que Roma no se construyó en un día y que lo importante es que sigas avanzando paso a paso hacia tu auto-realización. Recuerda que la clave del éxito es disfrutar de lo que haces, encuentra un trabajo que te motive tanto que lo harías aun si no dependieras de tu salario, entonces tu trabajo se convertirá en una labor de amor y podrás potenciar al máximo tus capacidades simplemente porque lo que haces te inspira, te mueve y te motiva al punto de ser razón suficiente para levantarse todos los días.
5. Nunca te traiciones: Lo peor que nos puede pasar en la vida es ser ajenos a nosotros mismos, sobrevivir en la mediocridad de ser en función de los otros, de a definición de miseria es el infierno de extrañarte. Recuerda que la persona más importante de tu vida, eres tú y comienza este año como contemporáneo de ti mismo, deja ir el paso y no te preocupes por el futuro, ocúpate de tu presente y constrúyete un mundo del tamaño de tus sueños. Brinda por la vida y levanta tu copa para darte cada día un trago de buena fe.
Todo lo posible e imaginable está a nuestra disposición con un solo clic del mouse para ofrecernos información detallada o económica de las diferentes ofertas que encontramos a nivel global; por un poco menos de trescientos dólares puedes acceder a un ritual de cuatro días para garantizar que el próximo año llegue colmado de prosperidad y bienestar. Como esta aparecen innumerables alternativas esotéricas, místicas, holísticas y exóticas a las que recurríamos sin darnos cuenta de que si bien la energía existe y puede ser manipulada, el poder no está en los amuletos, las velas, los baños, el incienso, los mantras ni en ningún otro lado que en la palabra decretada por nuestra propia mente.
Por ejemplo en Japón el Oshogatsu (año nuevo) comienza el 31 de Diciembre a medianoche cuando los templos budistas golpean su Gong 108 veces en un esfuerzo por expulsar las 108 debilidades humanas. El año nuevo es un tiempo de reflexión, crecimiento y meditación en el cual deberíamos concentrarnos en limpiar nuestros espacios físicos y mentales para poder dejar atrás los problemas y preocupaciones del año que termina perdonando malos entendidos y enmendando ofensas como lo propone la tradición japonesa del Bonenkai (fiesta-de-olvidar-el-año). Algo parecido se hace en Holanda donde queman los árboles de navidad como símbolo de dejar ir lo viejo y recibir al futuro.
Las resoluciones de año nuevo no deberían ser una excusa para deprimirme en marzo, sino una verdadera revolución interna, para que nuestra vida realmente cambie debemos tomar la decisión de modificar nuestros hábitos, trastocar nuestras costumbres, replantear nuestros objetivos y poner en duda nuestras certezas. No sirve de nada ponernos a dieta un par de días para luego tirar la toalla al primer inconveniente, es algo así como recalentar toda la materia estudiada en el curso para pasar el año en septiembre y luego volver a clases con la seguridad de que puedes pasarte la vida de agache sin que exista ninguna consecuencia real de nuestras incoherencias.
Les propongo dejar hacer un arte del amargarnos la vida y comenzar a tomar acciones concretas en función de encontrar nuestros propios sentidos y tomar el control de nuestras vidas.
1. Sigue tu dicha (Joseph Campbell): Cierra los ojos y recuerda la última vez que fuiste dichoso, no solamente feliz sino completamente dichoso y sabrás hacia dónde dirigirte. ¡Es tu vida! Y no tienes porque amargártela, escoge personas, situaciones y elementos que aporten a ese sentido de bien-estar y procura apartar de ti las situaciones que te hacen sentir miserable, insuficiente, incapaz o impotente. Este es tu mundo y puedes cerrar la puerta a todas las cosas que te hacen daño.
2. Ponte metas económicas: Haz un plan económico que especifique cuanto vas a producir en función de cuanto quieres gastar. Potencia tus capacidades y busca opciones para aumentar tus ingresos, controla tus gastos y diseña un presupuesto que incluya un fondo de ahorro y otro de diversión, tu esfuerzo es importante y no puedes malgastar el fruto de tu trabajo en adquisiciones impulsivas o superfluas. Si revisas tus gastos todos los días vas a poder mejorar tu cash-flow y podrás darte esos pequeños lujos que todos nos merecemos por habernos sacado la mugre todos los días.
3. Pasa tiempo con tu familia: Todas las esferas de tu vida son importantes y el trabajo no lo es todo. Date tiempo para compartir con las personas que amas y que son el alma de tu vida.
4. Haz lo que te gusta: Fíjate pequeñas metas que puedas cumplir cada día, así podrás sentir que tu autoestima crece de manera permanente, recuerda que Roma no se construyó en un día y que lo importante es que sigas avanzando paso a paso hacia tu auto-realización. Recuerda que la clave del éxito es disfrutar de lo que haces, encuentra un trabajo que te motive tanto que lo harías aun si no dependieras de tu salario, entonces tu trabajo se convertirá en una labor de amor y podrás potenciar al máximo tus capacidades simplemente porque lo que haces te inspira, te mueve y te motiva al punto de ser razón suficiente para levantarse todos los días.
5. Nunca te traiciones: Lo peor que nos puede pasar en la vida es ser ajenos a nosotros mismos, sobrevivir en la mediocridad de ser en función de los otros, de a definición de miseria es el infierno de extrañarte. Recuerda que la persona más importante de tu vida, eres tú y comienza este año como contemporáneo de ti mismo, deja ir el paso y no te preocupes por el futuro, ocúpate de tu presente y constrúyete un mundo del tamaño de tus sueños. Brinda por la vida y levanta tu copa para darte cada día un trago de buena fe.